jueves, julio 07, 2005

POTPURRI: RESISTENCIA, EL TIEMPO DE LOS ASESINOS Y UN LARGO CAMINO

Algunas reflexiones sobre la comunicación editorial – Natalia Romé

(...) Lo más propio de trabajar con libros o porque no decirlo- con cierta clase de libros, es que cada esfuerzo de nuestro trabajo es un intento de resistencia. Resistir la fugacidad con que los medios se comen las ideas y las historias –las de vida y las colectivas; resistir la indiferencia de quienes deben dedicar toda su energía a la supervivencia de la materia y apenas reservan un espacio para el crecimiento del espíritu, resistir la banalidad disfrazada de trascendencia; resistir los mecanismos arbitrarios de estrellato y descrédito; resistir las tendencias, los falsos laureles, la violencia del poder disfrazado de mecenazgo. Pero, fundamentalmente –y esto es, creo, lo que no deberíamos olvidar nunca- resistir la tentación de creernos importantes, como si no fuera a existir siempre un papel transmitido de mano en mano, el espacio de una clase, o la posibilidad del susurro para que las verdades peligrosas, las ideas geniales y el arte más sublime encuentren su modo de supervivencia (...)


Crítica de Rubén H. Ríos sobre el ensayo de P. Rossi El pasado, la memoria, el olvido

(...) Incendio de libros y bibliotecas, adulteración de archivos y documentos, reescritura de obras completas de historia, supresiones y censuras de textos literarios y políticos, ocultamiento de testimonios históricos, desaparición de personas ligadas a ciertos acontecimientos y eliminación del recuerdo de esa desaparición, invención de un pasado adecuado a los intereses del presente. El siglo XX habría sido la cumbre de la destrucción del pasado. De una u otra forma, en algún momento la experiencia de las humanidades históricas ha sido sometida por aparatos de restauración, neutralización, reconstrucción, falsificación, interpretación, sin que nada (o pocos) advirtieran el asesinato de la memoria. Vivimos, diría Rimbaud, el tiempo de los asesinos (...)

Reflexiones sobre en el Día Internacional de la Mujer

La fuerza de transformación tal vez resida en su impecable capacidad para tornar algo blanco y convertirlo en negro sin que se le note la hilacha al cambio en ningún momento. Tendremos oportunidad de verla actuar en su máxima expresión, cuando el Día de la Mujer, originalmente una fecha para recordar la violencia (laboral, económica, de género, entre tantas otras) hacia la mujer y aprovechar el espacio público para intentar revertirla, termina ahogándose bajo el peso de flores, bombones, tarjetas que declaran cuán única es una chica y dedicatorias varias que, en su inspirada manera apestan a misoginia. ¿Recuerdan lo del largo camino? Parece que faltan unos cuantos kilómetros.