domingo, abril 15, 2007

No apegarse a nada ni a nadie... no huir de uno mismo... no anhelar victorias, aceptar la derrota, estar preparado para morir...

El río no para de moverse. Llega hasta un árbol hermoso... el río lo disfruta y sigue
adelante; no se une al árbol, de lo contrario el movimiento se detendría. Llega hasta una
montaña hermosa, pero continúa... absolutamente agradecido, con el júbilo de atravesar la
montaña y todas las canciones y danzas que le suceden. Agradecido, desde luego, pero en
absoluto unido. Sigue su marcha... su movimiento no se detiene.
El problema con la conciencia humana es que se encuentra con un árbol hermoso y
quiere establecer allí su hogar; ya no quiere ir a ninguna parte. Os encontráis con un hombre o una mujer hermosos y queréis uniros. No os unáis a nada. Y eso no quiere decir que no debáis disfrutar. De hecho, si os unís no seréis capaces de disfrutar; solo podéis disfrutar si os mantenéis libres.


Nadie puede huir de sí mismo. Uno solo puede engañarse, pero no huir:
No hay escapatoria... vosotros sois vosotros. Y la soledad es tan fundamental que
no hay modo de eludirla.
Cuanto más tratéis de escapar de esa soledad, más solos os sentiréis. Si empezáis a
aceptarla, si empezáis a amarla, a disfrutarla, la soledad desaparecerá. Y entonces posee
belleza, una belleza tremenda.
Hemos sido concebidos solos. Esa soledad es la libertad del hombre. Y no está en contra
del amor... de hecho, solo una persona que está sola y sabe cómo estar sola será capaz de
amar.
Esa es la paradoja del amor: que solo la persona que está sola puede amar, y la persona
que ama se vuelve una persona sola. Se unen... De manera que si uno no es capaz de estar
solo, tampoco lo será de estar enamorado. Entonces todo su así llamado amor no será más que
una escapatoria de sí mismo. No será amor de verdad, no será una relación verdadera. ¿Quién
se relacionará con quién? Ni siquiera habéis estado relacionados con vosotros mismos; ¿cómo
podéis relacionaros con el otro,' No estáis ahí... ¿quién va a relacionarse con otros? De forma que en el mundo existe una especie de amor falso: estáis tratando de escapar de vosotros
mismos y el otro está intentando escapar de sí mismo, y ambos buscáis refugio en el otro,
engañando; es un engaño mutuo.
Lo primero es conocer el propio celibato, el celibato personal fundamental... saber que
nuestra soledad representa nuestra propia individualidad. Y funcionar a partir de esa soledad.
Incluso vuestro amor ha de funcionar desde esa base. Entonces seréis capaces de amar.


Lao Tse dijo:
«Nadie puede vencerme porque he aceptado la derrota y no anhelo ninguna victoria». ¿Cómo podéis derrotar a alguien que no anhela ninguna victoria? ¿Cómo podéis vencer a un hombre no
ambicioso? ¿Cómo podéis matar a una persona que ya está preparada para morir? Imposible.